2.3 Principios y características del NP

En el terreno académico, el NP también ejerce su dominio en las distintas áreas de las ciencias sociales, imponiendo su método, epistemología, preceptos de elección racional, individualismo e instrumentalismo metodológico, que se corresponden con el principio de escasez. Veamos algunos aspectos de estos principios.

  1. Epistemiología
  2. La epistemología del PN se sustenta en el instrumentalismo metodológico de Milton Friedman. Postura que asume que las teorías y modelos económicos no deben preocuparse tanto en explicar el funcionamiento real de los fenómenos, sino más bien por proveer los instrumentos lógicos para avanzar en el conocimiento técnico o para establecer una buena capacidad predictiva del problema. Como lo más importante es predecir, el realismo de las hipótesis se deja en segundo plano (De La Luz Tovar, 2019).

    Al respecto, Milton Friedman (1953), afirma que “las teorías valen por su poder predictivo, no por la explicación que puedan brindar acerca de los fenómenos observados”. Las teorías generan hipótesis capaces de ser “testeadas”. El único “test” relevante es la comparación de las predicciones con la experiencia. Si hay varias teorías alternativas que predicen adecuadamente, elegiremos aquella que sea más sencilla. De modo que, en el NP, la explicación del mundo económico real no importa.

    El afán de predicción se refleja en los preceptos de política económica, el enfoque macroeconómico del nuevo consenso neoclásico sujetándose en los modelos de equilibrio general dinámico estocástico (DGSE, por sus siglas en inglés) ha intentado dar “fortaleza” al realismo de los supuestos del EGW incorporando rigideces nominales en el comportamiento de los mercados, pero sin abandonar la noción de equilibrio estacionario único, el problema es precisamente el precepto de equilibrio ideal, incapaz de reconocer las crisis económicas como mecanismos endógenos del capitalismo, para ellos las crisis son shocks externos cuyos efectos son temporales. Por ello, sus predicciones sustentadas en un equilibrio único no le permiten ver y explicar las crisis económicas.

    Después de la crisis de 2008, la reina Isabel II, preguntó a los economistas de la London School of Economics ¿qué había salido mal?, recibió la siguiente respuesta: “En resumen, Su Majestad, la falta de previsión del momento, el alcance y la gravedad de la crisis… fue principalmente la falta de imaginación colectiva de muchas personas brillantes…para comprender los riesgos para el sistema en su conjunto” (Kirman, 2020, p. 43). El problema de fondo es que el NP es una teoría que está imposibilitada para detectar las crisis, en esta visión de la economía no hay crisis, diría Bernanke (2010) “es una teoría pensada para tiempos normales”, de ahí la ceguera de estas ramas de la economía. Un modelo que descarta patologías por definición es poco probable que sea útil. (Solow, R. 2003, p. 1).

  3. El método del NP
  4. En el NP, la unidad básica de análisis es el individuo a través de la figura de agente representativo, sostiene que los hechos económicos agregados se explican por el comportamiento individual. A esta forma de analizar la economía se le conoce como “individualismo metodológico”, para esta visión de la economía, el comportamiento social es resultado del comportamiento individual. Sobre este individualismo J. Elster señala: "Para el individualismo metodológico todas las instituciones, pautas de comportamiento y procesos sociales pueden ser explicados, en principio, en términos de individuos únicamente: de sus acciones, propiedades y relaciones” (Elster, 1992: 24).

    Pero, además, se sostiene que la economía ha impuesto su método en las distintas áreas de las ciencias sociales. Como dice L. A. González (1993, p. 438): “Hay que estudiar lo social según las reglas de la economía; más aún, hay que estudiar el comportamiento social como un comportamiento económico. El homo sociologicus y el homo politicus no se diferencian en lo absoluto del homo economicus. Este es el axioma que se ha impuesto en el pensamiento sociológico contemporáneo”.

  5. Racionalidad completa
  6. La racionalidad completa hace alusión a la conducta optimizadora del agente representativo, que maximiza su función objetivo y elige la mejor canasta de bienes que le maximice su utilidad. Se asume, un agente tomador de decisiones capaz de relacionar sus objetivos con su comportamiento maximizador. Los objetivos son ordenados en la mente del agente preferencialmente. La función de utilidad es simplemente una "cuantificación ordinal" de las preferencias del tomador de decisiones. Esto obliga a que las preferencias sean comparables y coherentes, es decir, que sean transitivas (esto es, si A es preferible a B, y B a C, entonces A debe ser preferible a C).

    Riker (1990) especifica los principales elementos del modelo de la elección racional:

    1. Los agentes pueden ordenar sus objetivos, valores, gustos y estrategias alternativas en una relación transitiva, es decir, coherente;
    2. Los agentes escogen, de las alternativas disponibles, la que les permite maximizar su utilidad. Este segundo elemento supone que los actores no seleccionan las alternativas que creen irrelevantes para la ocasión y que el conjunto de alternativas contiene todas las alternativas concebibles.

    A este tipo de racionalidad se le ha dado varios nombres: racionalidad global, racionalidad completa, racionalidad absoluta o hiperracionalidad, etc. Es una toma de decisión en donde los agentes económicos hacen uso óptimo de toda la información disponible de manera automática, no hay costos de información ni errores de cálculo.

    Además, para que el agente pueda tomar la decisión óptima, el supuesto de racionalidad completa implica información completa en cantidad y en calidad, de lo contrario, no sería posible la elección óptima. Como parte de esta transparencia, un requisito indispensable en este mundo ideal es que las reglas de política económica deben ser claras.

  7. El principio de escasez
  8. El principio de escasez guarda relación con la asignación de los recursos productivos y su efecto sobre el rendimiento de los factores productivos. Es la piedra angular de la economía neoclásica, a través de ella se justifica el análisis de la oferta y la demanda a través de los supuestos de utilidad y producto marginales decrecientes, justifica el análisis del comercio internacional y el crecimiento económico a partir de la dotación y especialización de los factores productivos. En particular, las ideas de utilidad marginal decreciente, producto marginal decreciente, las llamadas condiciones Innada en un entorno de optimización de agentes racionales están sustentadas en el principio de escasez.

    Lo anterior explica por qué los economistas neoclásicos dan tanta importancia a la asignación de recursos y por qué tantos de ellos definen las técnicas de optimización condicionada como el epítome de la teoría neoclásica (Lavoie, 1992, p. 237). Cuando todos los recursos son escasos y están totalmente utilizados, todas las cuestiones giran alrededor del uso adecuado de los recursos existentes, más que de la creación de nuevas mercancías.

  9. Principio de no intervención
  10. En el PN se promueve el libre mercado y la competencia pura, el planteamiento es eliminar las fricciones que impiden el funcionamiento natural de las leyes del mercado. En esta lógica, la intervención del Estado simboliza una fuente de perturbación que hay que reducir al mínimo o en todo caso, eliminarlo (De la Luz Tovar, 2019).

    Como parte de ese libre mercado se pregona también reglas de política económicas claras, por ejemplo, para el caso de la política monetaria se sugieren reglas de política monetarias sustentado en una independencia del banco central.

    Pero también es necesario añadir que este esquema de política económica está regido por una estructura financiera internacional, los países industrializados, los organismos internacionales como el Banco Mundial o el Fondo Monetario, en conjunción con los bancos centrales y gobiernos de los países promueven, vigilan y evalúan el avance de estos programas de política económica.

    Asimismo, existe una falacia con graves consecuencias para la sociedad en el diseño de políticas económicas y consiste en lo siguiente: cuando se diseñan políticas económicas para los países, no se consideran las condiciones particulares de cada sociedad, las características de su economía, su cultura y sus problemáticas propias, sino que se diseña la política a partir de los resultados del modelo neoclásico. En otras palabras, la realidad económica queda en función del modelo y no a la inversa, y si la realidad no se ajusta al modelo, pobre de la realidad porque los resultados quedarán muy lejos de lo que predice el modelo. Esto es lo que ha pasado en los países de América Latina.